Por el consumo y la venta responsable de aceites


El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo apoya campaña para prevenir la venta de aceites comestibles re-envasados o que no cumplen con estándares de calidad.

 

Respondiendo a uno de los flagelos que afectan la competitividad de la industria de aceites y grasas vegetales en Colombia, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, a través del Programa de Transformación Productiva -PTP-, respalda la campaña “Supervigila” de la Secretaría de Salud de Bogotá.


Esta campaña consiste en la distribución de material publicitario y de visitas lideradas por la ecretaría de Salud de Bogotá, para informar a los tenderos y amas de casa, sobre la importancia del consumo responsable de aceites y grasas comestibles, permitiendo así contrarrestar el fenómeno de la venta de aceites re-envasados y que no cumplen con los requisitos exigidos de calidad.


La informalidad en el sector, particularmente en grasas y aceites comestibles embotellados, alcanza el 20% a nivel nacional, según un estudio realizado por la Asociación de Industria de Grasas y Aceites Comestibles (Asograsas).

“Lo que se ha evidenciado es que detrás de estas prácticas de venta de aceite re-envasado y sin cumplir los requisitos legales, en muchos casos esconden fenómenos de contrabando y lavado de activos; es por esto que es vital el trabajo conjunto entre las instituciones del Gobierno Nacional y las autoridades locales y distritales para hacerle frente a esta situación”, destacó Camilo Montes, gerente del Programa de Transformación Productiva -PTP-.

El Programa de Transformación Productiva viene trabajando por el sector de Palma, Aceites, Grasas Vegetales y Biocombustibles desde el 2010 y construyó un plan de negocio sectorial que busca mejorar la productividad y competitividad. El plan identificó como una de las principales amenazas de la competitividad las prácticas ilegales y el contrabando de aceite.

Por su parte, la Asociación de Industrias de Grasas y Aceites Comestibles (Asograsas) y la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma), estiman en 300 mil millones de pesos anuales las pérdidas nacionales por este fenómeno que amenaza a la industria formal, las fuentes de empleo, las finanzas públicas, adicional al problema de salud pública.

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