Impresión: Un negocio moderno gracias a la innovación

Tres empresas bogotanas ofrecen nuevos productos y servicios de valor agregado, tras haber desarrollado un proyecto cofinanciado por Colciencias.

Justo cuando crecen los rumores sobre la extinción de los impresos en papel, tres pymes bogotanas del sector gráfico financiadas mediante convocatoria de Colciencias y apoyadas por el Programa de Transformación Productiva, han incorporado sistemas de gestión para la innovación, con los que seguirán enfrentando las cambiantes tendencias del mercado y la fuerte competencia.


Desde 2012, Imprelit Ltda., Montes S.A. Editores y Opciones Gráficas Editores Ltda., pymes dedicadas a producir empaques, impresos publicitarios y comerciales y libros y revistas, respectivamente, atendieron al llamado del Programa de Transformación Productiva para aplicar a la Convocatoria 577 de Colciencias, mediante la cual empresarios colombianos podrían presentar proyectos para instaurar procesos de innovación de producto, servicio o modelo de negocio, con base en conocimiento científico o tecnología.


El proyecto presentado por estas pymes gráficas cumplió con los requerimientos de Colciencias y así la entidad lo cofinanció para convertirlo en realidad. Siendo empresas pequeñas, fue necesario que aunaran fuerzas, lo que resultó determinante pues al trabajar en grupo se complementaron y unieron recursos que cada una, de manera individual, no hubiese podido aportar.


El objetivo fundamental era aprender a innovar. Para ello Imprelit, Opciones Gráficas Editores y Montes Editores, contaron con el concurso de expertos en el tema de la innovación en la industria gráfica: una entidad colombiana –Team Ingeniería de Conocimiento¬–, y una extranjera –el Instituto Tecnológico de Óptica, Color e Imagen, AIDO, de España–. Estas organizaciones especializadas se encargaron de asesorar, capacitar y encaminar a las tres compañías hacia la consecución de los objetivos trazados.


La metodología empleada para que estas pymes aprendiesen a innovar debió ser adaptada a la realidad de cada una ya que los sistemas de innovación no son ‘universales’, sino que deben ajustarse a las necesidades y características específicas de las organizaciones.



¿Obtener resultados diferentes, haciendo lo mismo?


Después de más de un año dedicado a la tarea de aprender a innovar desde una base científica y tecnológica, el resultado de este proceso es que cada empresa quedó con un sistema implantado para innovar y con prototipos conceptuales, es decir, con modelos de negocio planteados con base en productos y servicios innovadores. Esto representa una rotunda ganancia pues antes de participar del proyecto, estas pymes, aunque en sus procesos productivos debían innovar con frecuencia, sus buenas ideas no trascendían porque no contaban con procesos internos que les permitiesen desarrollarlas más y hacerlas rentables.

Así lo reconoce James Rubio, Gerente de Imprelit, quien cree que “todas las empresas que perviven en un mercado como el gráfico necesariamente deben hacer cosas innovadoras porque de lo contrario ya habrían desaparecido. Siempre se está investigando sobre diferentes temas, opciones de materiales y métodos de trabajo; a eso obliga el mercado. Sin embargo, la innovación muchas veces implicó esfuerzos que se perdieron por la ausencia de un sistema ordenado, y así aunque las ideas fueran muy buenas, casi revolucionarias, no se volvían negocios. Ahora, después de este proceso, entendemos que la innovación debe ser organizada y no producto del azar”.

De otro lado, la innovación está inserta en el cambio y por eso las tres empresas debieron adaptarse y modificar su cultura organizacional, comenzando por tener en claro el concepto de qué es innovar, luego documentándose y capacitándose y finalmente ideando cambios al negocio para que todo mejore.

Las tres empresas de este proyecto piloto ahora son más competitivas ya que pueden ofrecer a sus clientes servicios y productos con valor agregado, lo que les da una ventaja en el mercado al marcar una diferenciación evidente. Hoy tienen una metodología para generar ideas y cambiar procesos. Se han diversificado con el tema de impresión versus el tema tecnológico y pueden presentar a sus clientes opciones diferentes con valor agregado, combinaciones de todas las áreas que satisfagan más óptimamente sus necesidades. 

En un sector como el gráfico, donde hay signos de competencia desleal, batallas de precios e informalidad, y que se enfrenta a la sustitución de muchos productos impresos por digitales, mantener una empresa no es cuestión inserción ilimitada de tecnología o de desechar radicalmente el papel, sino de diversificar la oferta y eso fue precisamente lo que lograron estas tres pymes al participar en la Convocatoria 577 de Colciencias.

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