Con base en la experiencia del sector automotor, por medio del Decreto 590 de 2018, se da vida a Proastilleros, el Programa de Fomento para la Industria Astillera, el cual se destaca por su potencial para generar empleos y crear productos con alto valor agregado que, además, jalonan el crecimiento de otros 14 sectores, incluyendo, metalmecánica, plásticos, vidrios y químicos, entre otros; reduciendo a 0% el arancel para 395 subpartidas que no se producen en Colombia y que permitirán reducir costos de producción.
De manera particular, se destaca, por un lado, el impacto esperado en los encadenamientos que el instrumento puede llegar a promover, dado que, construir una embarcación puede generar hasta 5.700 millones de pesos en estos encadenamientos, pues dicha construcción requiere piezas agrupadas en 1.563 sistemas de los sectores de acero, propulsión, eléctrico, monitoreo y vigilancia, sistemas auxiliares de buques, antideslizantes, puertas, ventanas, vidrio, cocinas, carpintería metálica, pinturas, perfiles y mástiles. Y, por el otro, el impacto regional, al incentivar el clúster Atlántico-Bolívar, encadenado a empresas de diferentes sectores y regiones del país, en el que se desarrollan capacidades para la construcción de embarcaciones para sectores especiales como offshore, pesca, fluvial, ocio y defensa.
Como sucedió en el caso del Profia, a través del Decreto 1156 de 2020 se buscaba facilitar el uso del régimen, simplificando los procesos para acceder a los beneficios del Programa mediante la unificación y fortalecimiento de sus esquemas de control, mejoras en los procesos y eliminación de la exigencia de documentos.