Piscitota: del lago de Tota a los mercados de España

 

Quienes conocen a Gustavo Pedraza dicen que es un hombre de carácter fuerte y que no se rinde ante ninguna adversidad. Un hombre al que le gusta hacer realidad sus sueños a lo grande.

Por eso, aseguran, no le importaron las voces que le decían que en Tota y sus alrededores, en Boyacá, solo se podía sembrar papa y cebolla. No. Él hizo caso omiso y decidió convertirse en un pionero del cultivo de trucha arcoíris en lo que es hoy una de las regiones más prósperas de la piscicultura colombiana.

“Este sueño nació una mañana de octubre de 2005”, recuerda don Gustavo, boyacense de pura cepa. “Me inspiraron el Lago de Tota y sus hermosos paisajes”, añade al señalar que en esa época, hace más de una década, la pesca de trucha era un negocio artesanal y que muy pocos se atrevían a embarcarse en una aventura como la que él estaba soñando.

Pero él estaba decidido y el tiempo le viene dando la razón: hoy, 13 años después de aquel sueño de octubre, Piscitota es una de las empresas de trucha arcoíris más importantes de la región, atiende cientos de clientes en el mercado nacional y está en proceso de obtener las certificaciones para vender sus filetes frescos a España.

La historia de don Gustavo es ejemplo de cómo ha crecido un sector que es muy importante para el desarrollo productivo del país, que impacta en la generación de empleo, en la diversificación de la oferta exportable colombiana y que ha venido desarrollándose a pasos de gigante gracias al trabajo que de la mano han adelantado empresarios, gremios y Gobierno Nacional.

Esto se refleja, por ejemplo, en que las exportaciones de trucha han crecido más del doble en los últimos ocho años, pasando de 2,8 millones de dólares en 2010, a 7,3 millones en 2017, siendo los principales destinos Estados Unidos y la Unión Europea.


Productividad, la clave

¿Cómo se convierte un sueño en una empresa fuerte que se expande pese a las dificultades y que de un municipio en medio de las montañas de Boyacá está a punto de llegar a los mercados de la Unión Europea?

Piscitota comenzó a tomar forma en 2005, pero se constituyó como empresa en 2007. Desde el inicio decidió apostarle a la calidad y a la productividad en sus procesos de producción, haciéndolos mejores y más eficientes, para afrontar los retos que se le fueron presentando.

Uno de los más grandes desafíos fue cultivar una trucha arcoíris de calidad internacional: de peso formidable, de sabor irresistible, de color inconfundible y de otras características que hacen que la demanda en el país y alrededor del mundo se venga incrementando con el paso de los años.

Para lograrlo, don Gustavo apostó por poner en práctica métodos para mejorar la productividad y calidad de su empresa, desde el control y la eficiencia en la alimentación de los alevinos (crías recién nacidas de la trucha), o reducir los tiempos del procesamiento de la trucha para dejar listos los filetes para la venta, hasta aumentar su capacidad para responder a tiempo a los clientes con mejoras logísticas.

En este último aspecto viene centrando algunos de sus más recientes esfuerzos. Gracias a un proyecto del Programa de Transformación Productiva, PTP, entidad adscrita al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, Piscitota implementó mejoras en el transporte de la trucha que le han permitido reducir costos logísticos hasta en 20%, mejorando su productividad y competitividad.

“No contábamos con transporte propio y nos tocaba contratarlo y eso a veces nos presentaba dificultades. Pero identificamos la oportunidad de tener nuestros propios camiones con todas las características sanitarias y de calidad para que llegue bien y a tiempo a nuestros clientes”, explica don Gustavo.

“También mejoramos en el empaque, en las formas de contratación y hasta en cómo llevábamos las cuentas. Eso nos ha ayudado a ser más productivos”, agrega el gerente de Piscitota.

Con las mejoras que ha implementado, además, Piscitota se convirtió en pionera dentro de un proyecto del PTP, Fedeacua y otras cuatro empresas de Boyacá, para desarrollar una herramienta digital que le permite a cualquier piscicultor del país saber cómo puede mejorar su productividad para hacer a su empresa más eficiente y rentable. Tras recorrer ese camino durante 13 años desde aquella mañana de octubre, el sueño de Gustavo se ha transformado: el siguiente paso es que la trucha que cultiva en medio de los hermosos paisajes de Tota, llegue a España.
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