• 21 junio de 2018

Todas las empresas tienen un momento en el que parece que han llegado a un límite difícil de superar, aun si sus finanzas van bien y el negocio está fortalecido.

Gironés se había dedicado a la chocolatería de mesa por varios años y tenía su producto bien posicionado en el mercado nacional, pero el deseo de ser más competitiva y expandirse a nuevos países llevó a la empresa, en cabeza de su gerente, Diana Ballesteros, a buscar la oportunidad de mejorar.

Entonces, inició un trabajo con el Programa de Transformación Productiva (PTP), para mejorar la productividad en la planta de producción y variar su oferta. “Hoy, somos una compañía con mejores procesos, mayor calidad en nuestros productos y producimos chocolatería fina que antes no producíamos y que nos ha abierto nuevos mercados”, explica Ballesteros.

Uno de los principales retos que tenía la empresa era la calidad del grano de cacao que llegaba de sus proveedores, pues solía estar muy contaminado y deteriorado, lo que hacía que se desperdiciara mucho tiempo en la selección, con lo cual se retrasaba la producción.

Por eso, el primer trabajo que hizo Gironés con el PTP fue sumar a los proveedores al proceso de producción. “Trajimos a los cacaocultores a la planta de producción y les enseñamos cómo podían mejorar la calidad del grano que nos entregaban”, indica la gerente de la compañía.

“Con el cacao de mejor calidad, comenzamos a reducir las mermas y las pérdidas de tiempo en el proceso de limpieza y selección. Eso nos ayudó a mejorar la productividad en planta”, agrega.

Como consecuencia inmediata, la calidad del chocolate de mesa de Gironés mejoró y, al hacer más eficientes sus procesos, vieron mejorías en sus ingresos. “Luego del trabajo con el PTP, aumentamos la productividad en planta en 18% y las ventas en 36%”, señala Ballesteros.

Pero eso no fue todo. Cuando tuvo un mejor cacao, Gironés pudo incursionar en la producción de chocolatería fina y licor de cacao, con lo cual agregó más productos a una oferta que ya tenía consolidada y que le permitió exportar por primera vez.

Hoy en día, Gironés se ha consolidado como una de las empresas chocolateras más importantes de su región y se abre a nuevos mercados para cumplir su objetivo de seguir por su buen camino y superar sus límites
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