Caracolitos: el secreto de los uniformes escolares con ceros defectos


Comprar un uniforme de colegio en Bogotá, casi siempre, es sinónimo de comprarle a Caracolitos, una de las empresas más tradicionales de la ciudad en lo que a sudaderas, suéteres, faldas y pantalones para estudiantes se refiere.

Tener esa reputación, entre otros aspectos, se debe a la capacidad que tiene Caracolitos para entregar sus uniformes a tiempo y con calidad inmejorable, lo cual les ha permitido vestir a estudiantes no solo de Bogotá, sino también de Barranquilla y Cartagena, así como de Estados Unidos y las Bahamas.

Jaime Ronderos, gerente de la empresa desde hace doce años, cuando decidió cambiar sus dos franquicias de una famosa cadena de hamburguesas por Caracolitos, es enfático en el tema de los tiempos.

“Nos pasa que una mamá llega a un almacén un viernes y necesita el uniforme de su hijo para el lunes. El éxito de la empresa está en responder a esas exigencias del mercado”, señala.

Para ajustar los tiempos de producción y poder responder a tiempo a sus clientes, así como entregarles productos de calidad, Caracolitos le apostó a la productividad.

“Primero, comenzamos a aprender e implementar procesos por nuestra cuenta, pero luego encontramos apoyo en el Programa de Transformación Productiva (PTP)”, explica Jaime.

Con el PTP, Caracolitos implementó una metodología internacional para mejorar sus procesos de producción, hacerlos más eficientes y de mejor calidad: eliminaron tiempos muertos, ajustaron las labores de sus trabajadores, reorganizaron parte de sus instalaciones… todo sin invertir un peso.

Gracias a esto, lograron reducir sus tiempos de fabricación a la mitad y erradicaron los defectos de calidad en los productos.

“Antes atendíamos los pedidos en un promedio de catorce días y ahora los atendemos en siete. Además, antes teníamos cerca de 150 devoluciones de uniformes por defectos de calidad y ahora no tenemos ninguna. Eliminamos esa problemática”, señala Jaime.

Esto, además, se ha traducido en mayor satisfacción de sus clientes y en un incremento en las ventas. “Ahora, el propósito es seguir mejorando, vender y exportar más”, concluye el gerente de Caracolitos.

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